19 julio, 2007

Pecados, perdones, penitencias

Se podría mirar la situación desde la perspectiva de la fe católica o más bien desde la falta de fe entendiendo como tal no seguir los preceptos más básicos de la doctrina pero no. No quiero centrarme ahí. Quiero pensar más desde una visión humana y desprovista de connotación religiosa.

Más de 500 casos de pederastia han sido archivados en Los Angeles porque el pecador, en este caso la Iglesia Católica ha pagado unos 500 millones de dólares (a uno por barba) a quienes fueron víctimas de tal tropelía. Con ello han conseguido evitar el juicio no sólo quienes cometieron el delito sino quienes lo encubrieron porque al conocerlo cambiaron de destino a los violadores en lugar de cursar la correspondiente denuncia.

Y precisamente ahí está mi denuncia. Es un caso flagrante de evitar la acción de la justicia a base de dinero. No puedo entender cómo dando dinero a alguien se puede detener la acción de la justicia. Si alguien es un pederasta (y es reconocido no sólo por la víctima sino además por la institución que acoge al delincuente) el dinero no puede servir como medio para evitar la cárcel. El delito es delito y la cárcel es el castigo.

Seguimos en un mundo en el que los poderosos manejan a su gran amigo el señor dinero (reconocido como poderoso caballero también) para hacer lo que consideren conveniente, incluso si ello significa modificar el peso de la ley (que a veces no es tan peso).

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery.

15 julio, 2007

ciudadanos

¿Los ciudadanos nacen o se hacen?

La historia nos dice claramente que los ciudadanos se hacen. Se forman a través de la educación, de la cultura, de los valores inculcados e inoculados. Crecen si la sociedad permite que las ideas fluyan libremente, si el entorno favorece la diversidad, castiga el delito y premia a quienes contribuyen al bienestar global.

¿A que suena todo ésto a algo evidente y que no necesitaría de demasiadas disquisiciones?.

Pues no. Resulta que una materia que realiza esa labor, educación para el ciudadano, es denostada por quienes piensan que el hecho de ser ciudadano es ser, pensar y sentir igual que son, sienten y piensan como ellos.

Que un partido democrático defienda la no utilización de esa asignatura me parece grave. Que una religión diga que esa asignatura lo que pretende es manipular y mover la conciencia de los ciudadanos a una serie determinada de opciones me parece el colmo de la hipocresía histórica.

Unos y otros sabrán qué hacen y por qué lo dicen. Mientras tanto, por favor, hagamos que nuestros vástagos sean ciudadanos. Que comprendan que lo que piensa el otro es respetable, aceptable incluso si disiente de forma inexorable de lo nuestro y que comprendan que ayudar a los demás es la mejor forma de ayudarse a uno mismo.

Pidamos las actas. Si. Pero pidamos aquellas que provocan que los de siempre quieren que sigamos siendo los reos de sus ideas.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento

Mistery.

Pd: Gracias!, me ha emocionado ver que aún después del largo silencio se me leía!!!.

11 julio, 2007

Las caras de la derrota

Vuelvo!!!. Si; vuelvo. Parece que los hados técnicos han decidido dejar de poner reparos a que utilice estos sitios para dejar volar mis dedos por el teclado (metáfora, pura metáfora) y en vista de ello intentaré retomar mi no se si sana costumbre de poner mis ideas por aquí.

Llevaba yo tiempo rumiando mis impresiones ante la cara que ponen los seres humanos cuando se enfrentan a la derrota.

Todo empezó (ufff, cuánto tiempo ha pasado) cuando vi las caras de Simancas o Sebastián después de perder las elecciones autonómicas en Madrid. Mirada perdida, sonrisa forzada, ganas de que te trague la tierra, palabras que intentan estar llenas de contenido pero que están huecas porque quien las dice está realmente vacío. Cuando días más tarde vi a los chicos del Barça espantados por perder la liga en un minuto, me reafirmé en mi teoría de que la derrota duele más por la exposición a los demás que por la pérdida en sí misma

En estos últimos días he tenido dos ejemplos más pero que, siendo distintos, han hecho que cambie un poco mi percepción del asunto. Alonso, que aún en su juventud ya se ha convertido en un abuelo en muchas cosas, mira al joven imberbe que se le ha subido a las mismas barbas a las que él subió hace un par de años y lo mira con odio, recelo y ansias de venganza. Es un derrotado que no admite su derrota, que mira con fiereza y no sólo quiere venganza, quiere destrucción.

Nadal pierde la final de Wimbledon con Federer. Su cara frente a la derrota es la de alguien que sabe que ha tocado casi el cielo, pero que sabe que el cielo ácabará siendo pasto de su ambición. Es un derrotado que ansía la siguiente batalla porque está convencido de que será suya la victoria.

Curiosas caras del ser humano cuando no se consigue el objetivo. Resignación, incomprensión, vergüenza, venganza, ambición. Lo que no suele cambiar es la cara del vencedor. Sonrisa amplia, aunque algunos tras ellas sean magnánimos con el derrotado mientras otros lo que hacen es pisotearlo. Pero eso será objeto de comentario para otro día.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery (contento de volver, a ver si aún hay alguien que me lea!)