20 abril, 2007

Armas letales

Michael Moore entra en una entidad bancaria en una zona residencial de una ciudad cualquiera de USA. Abre una cuenta corriente. No se lleva una cubertería, que sería lo suyo. Se lleva un arma de fuego con su munición y todo lista para disparar. Es la oferta de la semana. Pública y a la cara de todo el mundo. Es más, es todo un éxito de ventas.

Así empieza Bowling for Columbine un excelente documental que llegó a las nominaciones para el Oscar en Hollywood, documental que narra y analiza los hechos acaecidos hace ahora 7 años en un instituto americano.

Esta misma semana, nada nuevo cuento aquí, un chico coreano, cabeza descarriada y armas en ristre irrumpe en la prestigiosa universidad de Virginia Tech y en dos pavorosos actos (introducción y desenlace) acaba con la vida de 32 personas. En el intermedio se graba a si mismo en una cámara de video blandiendo las dos pistolas y lanzando al mundo siniestros mensajes que mezclan odio y fanatismo.

Vale. El mundo tiene un punto de violencia y de angustia que es incontrolable. Locos peligrosos así los ha habido desde que Caín tuvo su quítame allá esas ovejas con Abel y mientras la Playstation nos enseñe que obtienes bonus por matar 'malos' mientras haces piruetas poco haremos para evitar su proliferación. Pero no quiero centrar mi blog de hoy en cuestiones educacionales o en el impacto de la violencia audiovisual evidente en la salud mental de todos. No. Me quiero centrar en el tema de las armas y su facilidad de obtención.

Como decía al principio, en USA, conseguir un arma no es que sea fácil, no, es que es considerado UN DERECHO (y lo escribo con mayúsculas porque para ellos un derecho así es algo mayúsculo). Un americano tiene derecho a defenderse y como tal, a portar un arma. El sindicato del rifle, dirigido por Charlton Heston (ya se podía haber quedado en el planeta de los simios, ¿verdad?) es tan poderoso que ni siquiera la Hacienda americana se atreve con ellos. La mezcla es peligrosa, poder y tradición unidos para llenar de plomo la sociedad.

Cualquier europeo (por poner un caso) en su sano juicio ante lo que sucedió ayer daría con una receta para evitar que hechos como el de Virginia volviesen a suceder. Restringir el acceso a las armas lo más posible.

Cuando sucedió lo de Columbine una hermana de uno de los muertos consiguió una sentencia judicial que la dejó plenamente satisfecha..se supone que era lo mejor para mitigar el dolor por la pérdida de su ser querido... consiguió que... todo el mundo pudiera llevar encima un arma para poder defenderse si un loco volvía a atacar. Ese mismo derecho, el de poder llevar encima el arma en clase era reivindicado por unos cuantos delante de una cámara de televisión al día siguiente en Virginia.

Sinceramente no encuentro palabras para expresar mis sentimientos ante esa reacción. Así que dejaré sea autoexplicativo el tema.

En Cataluña desgraciadamente , y cada vez en más sitios en el resto de España, están proliferando atracos con violencia. La tentación de armarse en casa es fuerte, pero la solución no pasa por ahí. La solución pasaría, en primer lugar, claro, porque estas cosas no pasasen (eso de más vale prevenir) pero quien ha de resolver el tema es quien está preparado para ello, no quien no sabe hacerlo.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery.

2 Comments:

At 5:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

Solo saludarte. Te leo, no puedo evitarlo.
Con cariño de LO.

 
At 4:41 p. m., Anonymous Anónimo said...

Mea culpa, mea culpa...

Yo pecadora me confieso y me auto castigo por no haber llegado a tiempo de comentar ésta entrada...snif, sniiiiif!

Espero no bajar puntos en tu escala de afectos por ello...

Voy a darme unos latigazos, jajaja.

Besos mil.

 

Publicar un comentario

<< Home