14 febrero, 2007

Erika

(tras una ausencia, gozosamente vacacional esta vez, retomo mi columna. ¿Hay aún alguien ahí?)

En los grandes hermanos, casas de la vida, islas de supervivientes, tomates, corazones y dolce vitas, el mundo se llena de seres anónimos que pelean con denuedo por unos segundos de visibilidad catódica.

No dudan en vender sexos y sentimientos. En abrazar ideas estrambóticas o en escupir o agredir si fuese menester a otros seres humanos. En ello encuentran no sólo su sustento sino, parece ser, su sentido de la vida.

Mientras tanto, una mujer de apariencia frágil, luchaba por ser capaz de superar lo que un azar del destino le puso por delante. Un micrófono espantaba, a pesar de la tenue sonrisa. Una cámara delante horripilaba y abrazaba a su hija con tanta desesperación como afán proteccionista para preservar en lo posible la intimidad de la infante.

Su vida interior tuvo el devenir de tantas otras vidas. Trabajos y proyectos que triunfaban y fracasaban, amores que se rompían mientras otros intentaban nacer. Pero lo que para otros eran avatares, para ella eran losas porque todo lo que a ella le ocurría se interpretaba en claves ajenas. Ni más ni menos que el futuro de una Institución podía estar en juego por sus actos.

Ella no lo pudo resistir. Un ser misterioso se apena por el ser humano.

Sed felices. Nunca cejeis en ese intento

Mistery

1 Comments:

At 9:42 a. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Mistery,

Bienvenido!!!
Si hay alguien aquí, aún...

Se te ha encontrado a faltar.

En total acuerdo con tu opinión de hoy.
Unos matarían por estar donde otros no son capaces de soportar lo flashes que el azar les colocó en su camino.

Es una lástima!!!

Besos mil.

 

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