03 enero, 2007

Muerte retransmitida

¿Acaso alguien tenía la más mínima duda de que el vídeo de la muerte de Saddam iba a batir todos los récords de descargas en youtube?

Miseria humana reconcentrada. No he querido, ni quiero ver ni querré ver esas imágenes. Lo poco (o mucho) que han dado los telediarios enseñan la sordidez del verdugo que odia, la angustia del reo que siente que va a morir y sobre todo el cuajo del que maneja la cámara de su móvil (la comida tarda en llegar a sitios donde la tecnología campa ya por sus anchas) cuyo pulso no tiembla y ofrece imágenes de apreciable calidad.

Lo que antes eran ejecuciones públicas en la plaza del pueblo para escarmiento de posibles futuros infractores, hoy se convierte en descargas de vídeos, aunque ni antes ni ahora lo que se ofrezca sea realmente escarmiento sino morbo e instinto bajo. Será que el ser humano es así y tengamos que aceptarlo por mucho que repugne, que naturalmente es mucho.

Mientras tanto, a pocos kilómetros, la ceremonia de la muerte continúa en forma de coches bomba en sesión contínua y los supuestamente vejados por esta muerte anuncian más y más. Que no se detenga la orgía.

A muchos kilómetros, la gente seguirá presentando reclamaciones porque sienten que alguno de sus derechos ha sido pisoteado (o sus derechos o su jardín). Por supuesto presentarán la reclamación instantes después de haberse bajado el vídeo, importándole un pito si el degollado, sí, incluso él, tenía algún derecho antes de morir.

En fín, esto es el ser humano, esta es la vida que nos toca vivir y no nos queda más remedio que seguir adelante y tratar de ver lo bueno. Aunque admito que hay veces que más que ver lo bueno, prefiero cerrar los ojos.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery

1 Comments:

At 10:29 a. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Mistery,
Creo que desgraciadamente, hemos llegado a un punto en el que, el género humano, por llamarle algo, ha perdido la capacidad de discernir. Me explico... estamos tan acostumbrados a ver festivales de sangre y vísceras en las películas, los dibujos animados y los telediarios, que acudimos impasibles a tales espectáculos, como si de ficción se tratase.
Yo, hace ya tiempo que no miro las noticias del mediodia, pues sufría de indigestión crónica.

No he visto y tampoco pienso hacerlo las imágenes en cuestión.
Seguramente mi secuéncia genética debe ser defectuosa porque a mí, si que me afecta ver el sufrimiento, el dolor y la muerte a traves de una pantalla y el sufrimiento aumenta cuando soy consciente que al acabar las imágenes no salen los créditos, ni los nombres de los actores,ni pone FIN, porque simplemente es real y además no se acaba...

Hoy, me costará un pelín más ser feliz eh?

Besos mil.

 

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