30 enero, 2007

El fin de una era

Ya, ya se que al final, cual cabra que tira al monte, uso el júlgol como elemento comparativo para mis reflexiones, pero es que uno es carpetobetónico y al final no se pueden renunciar a tantos genes moldeados a base de patadas al balón.

El niño Ronaldo se va del Madrid y con su marcha se cierra una época florentiniana. Una era marcada por fichajes de relumbrón que suponía que a base de juntar a los mejores (y quizás no a los mejores futbolistas y si a los mejores iconos mediáticos) se obtenía el mejor equipo.

La realidad ha sido esclarecedora y es que la experiencia en estas cosas es tozuda. Los equipos son engranajes. Piezas distintas que se entrelazan, cada una con su misión para ser vistas desde fuera como un todo. Por supuesto que hay piezas que lucen más pero hasta la más pequeña cuando falla arrastra al resto de compañeros a un problema seguro, y si no que se lo pregunten a Fernando Alonso y su fatídica tuerca en aquella carrera.

Los galácticos intentaron demostrar que la suma de individualidades superan en rendimiento a un todo homogéneo y han fracasado. Desgraciadamente, en nuestra vida cotidiana se tienen casos así de continuo. Comerciales que se creen dioses por firmar contratos millonarios y declaran a los cuatro vientos que sin ellos la empresa sería nada, ejecutivos de marketing que se ufanan del conocimiento de marca conseguido gracias a sus ímprobos esfuerzos o informáticos geniudos y ceñudos que proclaman sus excelencias técnicas salvadoras e ignotas para el resto de los mortales.

Vivimos una sociedad que da preponderancia a la indivdualidad, que no valora lo suficiente al equipo y que parece no aprender de estos ejemplos no tan lejanos como el Madrid galáctico o su contraejemplo del equipo de baloncesto campeón del mundo.

Sed felices, nunca cejéis en ese intento.

Mistery

2 Comments:

At 10:37 a. m., Anonymous Anónimo said...

No podría estar más de acuerdo contigo...Estoy cansada de ver por todas partes ególatras que se cuelgan medallas desde lo alto de pirámides erigidas con el sudor ajeno (y anónimo).


Una hormiguita admiradora desde las fiebres gripales propias de este tardío solsticio invernal.

 
At 11:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Mistery,
¿la recuperaste? ¿la has hecho de nuevo? Jajajaja.
Suscribo la opinión anterior, pero... Quizás deberíamos preguntarnos quienes son los que alimentan esos egos insaciables.
Porque en el fondo la sociedad que tenemos, es la sociedad de la cual somos individuos y formamos parte.
A veces pienso que somos demasiado conformistas...
En fin, mejor no pienso mucho!!!

Besos mil.

 

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