19 diciembre, 2006

Air por tierra

La verdad es que en estos últimos tiempos la marca "Madrid" no lo está pasando demasiado bien.

Vale que aquí no haya playa y que como no llueve demasiado el agua que se empieza a tener tenga color de botella de Agua de Solares. Vale que por tierra tanto el señor Manzano como el "chicoodiadoporEspe" se hayan decidido a convertir el suelo de la urbe en un macro parque temático dedicado al queso Gruyere. Vale que nos iremos en el 2012 a celebrar las olimpíadas a Londres (más que nada para no ensuciar los árboles del paseo del Prado de doña Tita). Pero es que para una vez que, dado que por tierra y por mar no nos iba nada bien, nos íbamos a dedicar al aire y se creaba Air Madrid, ésta va y se atasca como si los aviones caminasen por la M30 en hora punta.

Como ya se ha escrito mucho sobre el fiasco poco podría aportar yo desde mi humilde atalaya (atalaya hasta que la Espe o Albertito se dediquen a hacer un túnel bajo ella, claro está). Así que he dedicado mi tiempo de afeitado de esta mañana (probáblemente el único momento del día en el que intento dar trabajo a mi pobre neurona) a pensar en cuánta vida hay detrás de un billete de avión.

Quien más, quien menos, cuando compra algo, compra o necesidad o ilusión. Por supuesto, cuando compras esperas recibir a cambio aquello por lo que has pagado y además lo esperas recibir según lo convenido. En este caso, todas aquellas personas que compraron su billete, esperan se transportados desde el origen al destino con comodidad (jejeje) adecuada, en plazo (jajajaja) adecuado y con las maletas (juas juas juas) acompañándote dócilmente.

Peor el caso de Air Madrid es más complejo. Aquí se junta necesidad e ilusión. Estamos hablando probáblemente de momentos esenciales de vidas de personas. Ilusiones de reencuentro compartidas no sólo por quienes compraron el billete sino por aquellos que esperan la llegada del ser querido. Hay más historias; bodas en las que los novios no han llegado, tesis doctorales que no se han presentado porque el doctorando dormía en un aeropuerto, niños que lloraban porque Papá Noel no iba a saber en qué terminal iban a pasar la noche...

En fin; mil historias detrás de mil billetes. Cuando tú te vas a un sitio, hay un trozo de tu vida que va en ese viaje. Si no puedes ir, tu vida cambia. La patata caliente, díscola ella, sí que vuela de despacho en despacho, de micrófono en micrófono. Lo más doloroso de todo es que de los dramas personales hemos pasado al plano político y ya se sabe; los políticos convierten los problemas de los ciudadanos en armas electorales.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery

2 Comments:

At 12:22 p. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Mistery,
Has clavado el título de hoy

" Air por tierra " A IR POR TIERRA,
en coche o con otra compañía es lo que tendrá que hacer el usuario al que de forma tan sutíl han dejado billete en mano esperando...
Pero lo cierto es que esto era una crónica anunciada.

¿Como se puede pretender realizar 27 vuelos diarios, muchos de ellos transatlánticos, con una flota de nueve aviones?
Abogo y me proclamo defensora a ultranza del optimismo como lema, pero... los hay que se les va la mano en ello.

Desde el ala este del país se te agradece el detalle de publicar dos días seguidos...GRACIAS!!!

Besos mil.

 
At 7:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Menudo tufillo rancio va a tener la imagen de Madrid por todo el mundo gracias a las fatalidades de esta compañía. Esperemos que Fomento haga lo que pueda para que estas gente que duerme en el aeropuerto pueda pasar las navidades en su casa.

 

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