27 junio, 2005

Niños prodigio

No se si ha sido casualidad o es que me he fijado mejor, pero este fin de semana he tenido una ración importante de 'niños prodigio'.

Ha habido un torneo de futbol infantil en la televisión. Niños que jugaban de maravilla al fútbol se afanaban por ganar el campeonato. Hasta ahí todo bien. Lo que ya me ha parecido más increible ha sido toda la parafernalia creada alrededor. Padres que exigían a los niños dedicación y concentración máxima, entrenadores que pedían a los niños que se dejasen de jugar (a qué habían ido ahí entonces?) y batallaran por el triunfo, incluso, colmo de la desfachatez, agentes intermediarios ofreciendo ya contratos a chavalines de 11 años. Los padres, lejos de espantarse por tales desmanes, se frotaban las manos viendo como sus churumbeles se colocaban la parrilla de salida para asegurar su vejez (la de los padres, claro).

Un nivel más bajo en términos mediáticos, tenía lugar un campeonato de golf infantil en el club al que voy a pegar garrotazos los fines de semana. De nuevo el espectáculo era similar. Padres, entrenadores, agentes, todos conminando a los niños a mejorar, a concentrarse, a batallar por el triunfo, a olvidarse de la diversión para centrarse en esa carrera tan prometedora que tienen.

Luego, miras a los ojos de esos niños, y contemplas con horror que no hay mirada infantil. Son seres adultos metidos en cuerpos de niño. Llenos de responsabilidad, de angustias, de peso. Saben que hay tantas personas que han puesto tantas esperanzas en sus posibilidades que los niños sufren un tránsito de la infancia a la vejez casi sin pasar por las etapas adecuadas.

Y a mí todo esto me parece un crimen. Me daba pena ver a dos niñas de 11 años hablando del grip y del put sin que hubiera ni media sonrisa en su mirada. Yo no se si los padres se sentirán orgullosos, pero desde aquí aviso de algo que es tan normal como poco comprendido. De cada 100 que lo intentan, sólo 1 lo consigue. Responsabilidad de los otros 99 padres será lidiar con tal cantidad de juguetes rotos.

Sed felices. Nunca cejeis en ese intento.

Mistery.

1 Comments:

At 8:31 p. m., Anonymous Anónimo said...

Tengo hijos deportistas en esas edades,y nunca dejaría que dejasen de lado el deseo de jugar y pasarlo bien solo por el sentido de competir y ser el mejor,que nunca dejen de ser felices,esa es mi mejor meta.
Besos Sr.Misterioso

 

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