28 marzo, 2006

El encuentro

(Crónica de un sueño deseado).

Mariano sale del coche con esa prisa que tienen todos los que descienden de un vehículo que no se va a detener ahí de forma permanente. Una mano aguanta la puerta, un pie se apoya en el suelo dando impulso al cuerpo y los ojos fijos en su destino final.

Al otro lado, en la escalinata, Jose espera tenso y nervioso. Es consciente de la importancia del momento y siente como aleteos y cosquilleos en el estómago. Quizás sea hasta dolor, pero no abandona la sonrisa tantas veces ensayada durante el afeitado matinal.

Cuando las manos se estrechan, no hay calor. Son dos símbolos más que dos seres humanos los que se saludan en medio de chasquidos de cámaras, luces de flash, gritos de seres que rodean y un aura extraña que indica que algo importante ocurre pero que transciende más allá de la materia entrelazada en cada dedo.

Todo es protocolario. La escena del sofá mientras hablan del tiempo y del fútbol. Los dos saben que cuando los fotógrafos desaparezcan, ambos se sentarán frente a frente, mirándose a la cara y decidiendo parte de su destino.

La puerta se cierra. Se quedan solos. Los dos se miran. Deben empezar a hablar del tema, y sin embargo, nada ocurre. Tan sólo la mirada. Dos amigos que se vuelven a encontrar tras largos años de desencuentro, de odios larvados y de reproches recíprocos.

El silencio se vuelve opresivo, nadie quiere romperlo, hasta que los dos, casi al unísono, como si el director de la obra de teatro hubiese dado la orden de subir el telón, se abrazan casi compulsivamente, como sólo los seres desencontrados desde siglos saben abrazarse.

¡Mariano!, ¡joder, Jose!, se dicen mientras golpetean la espalda del otro entre caricias y casi agresiones afectuosas.

La primera botella de whisky empieza a circular desde los vasos al gaznate. Hablan de la casa que Jose quitó a Mariano en el último momento, de los amigos que cada uno tienen ... tienes que controlar a Angel y Eduardo dice uno,, pues anda que tu con el Pepín y el Alfredito ese que tienes... recuerdan los viejos días, las cosas que se han dicho y ríen. Ríen como los viejos amigos que son y que al reencontrarse se dicen todas las cosas que siempre se quisieron decir pero que el resentimiento iba enterrando.

Cuando la segunda botella de whisky yace ya extinta en la papelera y el ambiente de la habitación está cargado de humo de los cigarrillos de uno y de los puros del otro se dan cuenta de que no se pueden levantar del pedo que tienen y que al final no han hablado del tema que les llevó a reunirse.

Llaman a sus edecanes e indican que la rueda de prensa la va a dar su prima (carcajada de los dos) y que digan que España va bien (los dos tirados por el suelo de la risa).

El secretario de comunicación del Palacio de la Moncloa anuncia que la conversación entre el Presidente del Gobierno y el Jefe de la Oposición ha sido constructiva y que se han puesto las bases para el futuro entendimiento (al fondo se oye a dos tipos cantar a voz en grito el Asturias Patria Querida).

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery.

1 Comments:

At 10:44 a. m., Blogger Unknown said...

Me han gustado mucho tus dos últimos blogs,releidos un par de veces los dos.
Un afectuoso abrazo.

 

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