22 febrero, 2006

La muerte del telegrama

De alguna forma marcaba nuestras vidas, cada vez que se recibía un telegrama había miedo y excitación.

A buen seguro cambió el sentido del mundo. La invención del telégrafo modificó tantas cosas que ahora no somos casi capaces de valorarlo adecuadamente. Antes de su existencia las noticias viajaban a la misma velocidad que el ser humano. Existen historias dramáticas al respecto, por ejemplo, la paz en la guerra de independencia americana se firmó en París, desde que se produjo la firma de la paz hasta que esa noticia fue conocida (y había un océano que cruzar) se produjeron batallas importantes y murieron miles de personas. Pues bien, el hecho de que la información viajase a la velocidad de la luz cambió todo el mundo y lo acercó a lo que conocemos hoy en día.

La compañía que ostentó la patente, la Western Union, tuvo la posibilidad de comprar la patente del teléfono por 100.000 dólares y la desestimó porque ese invento, el teléfono, era algo inútil. Dijeron: " ¿quien va a querer oir mal una cosa cuando se puede tener una transcripción escrita exacta?". Menudos artistas, oiga usted.

Pues bien. El otro día, la Western Union ha anunciado el cese del servicio del telegrama en Estados Unidos, nadie los usa ya.

Así como el video mató a la estrella de la radio, el e-mail ha matado al telegrama.

Me estoy haciendo viejo, a buen seguro, porque al leer la noticia algo se estremeció dentro de mí. Un símbolo importante de mi vida, ha muerto.

Sed felices, nunca cejeis en ese intento.

Mistery