19 septiembre, 2005

Ama dómina Condoleeza

Pobre George.

Ahí estaba él, tan alejado de su rancho, de sus vacas, de sus portaaviones y de sus bombardeos, aguantando los discursos interminables del resto de líderes mundiales en la ONU.

Bueno, líderes no, que en el mundo tan sólo él, George, es el líder. Pero, ay amigo!, la naturaleza tiene esas cosas y hasta los líderes mundiales tienen necesidades físicas.

George pidió permiso a Condoleeza. Me parece lógico. Si tu miras a la señora en cuestión, se te viene de manera inmediata, al menos a mí, la imagen de una Ama Dómina de esas de sado maso con el látigo en la mano, las botas de cuero altas hasta los muslos y cara de mala leche de esas que te arrean media galleta por decir alguna cosa que no sea SI SEÑORA.

George necesita un referente así. En casa, Papá tenía a Mamá. Pero Mamá está ahora en otras cosas y el nene necesita alguien en quien confiar. Condoleeza lo hace de maravilla, que se lo pregunten si no a Moratinos.

La respuesta no fue otra que la negativa, por supuesto. Si hay que sufrir, se sufre. que uno no es líder mundial para irse al retrete cuando le venga en gana. Después, como premio, Condoleeza seguro que le dió par de azotes y le dejó oprimir un par de países. Justo premio a tan cruel castigo, ¿verdad?

La política de altos vuelos se suele explicar a partir de bajas pasiones.

Sed felices. Nunca cejeis en ese intento

Mistery.