31 agosto, 2005

Iñaqui

Nada en la vida es eterno. A pesar de ser sabido, los cambios suelen doler si afectan a rutinas que el cuerpo y la mente tienen asumidas.

Son muchos años ya, más de 10, seguro,que la voz que ha acompañado mis somnolientas mañanas ha sido la de Iñaqui Gabilondo. Con su peculiar forma de contar las noticias, con su peculiar forma de analizarlas y su peculiar forma de entender la realidad.

Confieso que las ideas de este periodista han moldeado las mías. Conozco quien dice que es un manipulador manipulado a su vez por su jefe y en determinadas ocasiones hasta puedo dar la razón a quienes así piensan. Pero su forma de entender las cosas coincidía con la mía en demasiadas ocasiones. No se, quizás estemos los dos manipulados entonces, con una salvedad, a él le pagan y a mí no. Pero bueno, escucharle me reafirmaba y asentaba conceptos y eso yo lo apreciaba.

Ahora Iñaqui se va a otras aventuras. Le seguiré, por supuesto, pero mis mañanas no serán las mismas y tendré que buscar otra voz que me acompañe mientras arraso mi cara con la cuchilla de afeitar.

Sed felices. Nunca cejeis en ese intento.

Mistery.

1 Comments:

At 7:04 p. m., Anonymous Anónimo said...

El cuerpo y la mente tienen memoria ,pero,se acostumbran facilmente a los cambios,es un resorte que todos tenemos,en lo bueno y en lo malo.
¡Ahora lo sé!
Saludos Sr.Misterioso

 

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